La tortuga y el coyote - cuento en inglés
La fábula de la tortuga y el coyote es un relato tradicional de las culturas indígenas de América, que enseña lecciones sobre astucia y sabiduría. En esta fábula, un coyote arrogante desafía a una tortuga a una carrera, creyendo que la vencerá fácilmente debido a su velocidad. La fábula enseña que la perseverancia y la inteligencia pueden superar la arrogancia y la velocidad, y que es importante no subestimar a los demás.
La tortuga y el coyote en inglés (The turtle and the coyote)
Once upon a time, there was a tortoise named Timmy and a coyote named Carl. Carl always laughed at Timmy because she was slow.
One day, Carl said with a teasing laugh, "Timmy, I bet I can run faster than you! Let's have a race!"
Timmy, calm but confident, replied, "Okay, Carl! But only if we have a fair race, okay?"
The race began, and Carl ran very fast. He teased Timmy as she moved slowly but steadily.
"Look at me go, you can't even see me, Timmy!" Carl laughed.
But Timmy kept moving forward, step by step, without giving up. Carl, tired, decided to take a nap, thinking he had already won.
However, when he woke up, he saw that Timmy had already reached the finish line. Surprised, he asked, "How did you do it, Timmy?"
Timmy smiled and said, "Because I never stopped trying, and that's what matters!"
Carl learned that speed doesn't always win and that perseverance is important. From then on, he respected Timmy and learned to value her for her intelligence and determination.
And so, Timmy showed that even though she was slow, she could outsmart Carl with cunning and perseverance.
La tortuga y el coyote en español
Había una vez una tortuga llamada Tito y un coyote llamado Carlos. Carlos siempre se reía de Tito porque era lenta.
Un día, Carlos dijo con risa burlona: "¡Tito, apuesto a que puedo correr más rápido que tú! ¡Vamos a competir!"
Tito, tranquila pero segura, respondió: "¡Está bien, Carlos! Pero solo si hacemos una carrera justa, ¿de acuerdo?"
La carrera comenzó y Carlos corrió muy rápido. Se burlaba de Tito mientras ella avanzaba despacio pero sin rendirse.
"Mira cómo te adelanto, ¡ni siquiera me ves, Tito!" se burlaba Carlos.
Pero Tito seguía avanzando, paso a paso, sin dejar de moverse. Carlos, cansado, decidió tomar una siesta mientras pensaba que ya había ganado.
Sin embargo, cuando se despertó, vio que Tito ya había llegado a la meta. Sorprendido, preguntó: "¿Cómo lo hiciste, Tito?"
Tito sonrió y dijo: "Porque nunca dejé de intentarlo, ¡y eso es lo que importa!"
Carlos aprendió que la velocidad no siempre gana y que la perseverancia es importante. Desde entonces, respetó a Tito y aprendió a valorarla por su inteligencia y su determinación.
Y así, Tito demostró que incluso siendo lenta, podía ganarle a Carlos con astucia y perseverancia.