Jack y las habichuelas mágicas - cuento en inglés

Cuentos en inglés 28 de feb. de 2024

"Jack y las habichuelas mágicas" es un cuento popular de origen inglés que ha sido transmitido oralmente y por escrito a lo largo de los siglos. La historia sigue a un joven llamado Jack, quien intercambia la vaca de su familia por unas habichuelas mágicas. Estas habichuelas crecen hasta llegar a lo alto del cielo, donde Jack descubre un mundo mágico habitado por un gigante malvado y su tesoro. A lo largo de la historia, Jack enfrenta desafíos, utiliza su ingenio y astucia para superar obstáculos y finalmente derrota al gigante, obteniendo el tesoro y devolviendo la felicidad a su familia. La historia enseña lecciones sobre la importancia de la valentía, la astucia y la generosidad.

Jack y las habichuelas mágicas en inglés (Jack and the Beanstalk)

Once upon a time, there was a young boy named Jack who lived with his mother in a small cottage in the countryside. The family struggled to survive, as their only possession was an old milking cow. One day, Jack went to the market to sell the cow and return with some food. On the way, he encountered a mysterious old man who offered to trade the cow for some magic beans.

"Magic beans?" Jack asked, incredulous.

"Yes, young man. These beans will take you to a place beyond your wildest dreams," replied the old man with an enigmatic smile.

Intrigued by the promise of adventure, Jack agreed to the trade and returned home with the beans. Upon arriving, his mother, enraged by what she perceived as foolishness, threw the beans on the ground and sent Jack to bed without supper.

As Jack slept, a miracle occurred. The magic beans sprouted and grew until they reached the sky, enveloping the cottage in a green, glowing vine. Upon waking and seeing the marvel before his eyes, Jack couldn't contain his excitement and decided to climb the beanstalk.

Upon reaching the top, he found himself in a mysterious and enchanted land. There, he encountered a gleaming castle, inhabited by a wicked giant. Jack, brave but fearful, hid and watched as the giant counted his treasures and mocked the nearby villagers.

Determined to do what was right, Jack summoned his courage and sneaked into the castle, where he encountered the giant's wife, a kind woman who sympathized with his cause. "You must be careful, young one. My husband is cruel and does not take kindly to the company of humans," she warned.

But Jack was not to be intimidated. Following the giant's wife's advice, he stealthily made his way through the castle, dodging dangers and obstacles, until he finally reached the treasure chamber. There, he confronted the giant and bravely fought for his own life and the lives of the villagers who had been robbed.

"Stop, monster! You have caused enough harm. It's time to return what you have taken and face the consequences of your actions," exclaimed Jack with determination.

The giant, surprised by the young boy's bravery, attempted to catch him with his enormous hands, but Jack was quick and nimble. With cunning and skill, he managed to evade the giant and free the captive villagers.

In the end, the giant was defeated and expelled from the castle, while Jack returned triumphant with the recovered treasure and the magic beans in his possession. With his bravery and determination, he had shown that even the smallest of men could achieve great feats.

Back home, Jack and his mother lived comfortably with the found treasure, and the magic beans became an eternal reminder of their incredible adventure.

Jack y las habichuelas mágicas en español

Había una vez un joven llamado Jack que vivía con su madre en una pequeña cabaña en el campo. La familia luchaba por sobrevivir, ya que su única posesión era una vieja vaca lechera. Un día, Jack fue al mercado para vender la vaca y regresar con algo de comida. En el camino, se encontró con un misterioso anciano que le ofreció intercambiar la vaca por unas habichuelas mágicas.

"¿Habichuelas mágicas?", preguntó Jack, incrédulo.

"Sí, joven. Estas habichuelas te llevarán a un lugar más allá de tus sueños más salvajes", respondió el anciano con una sonrisa enigmática.

Intrigado por la promesa de aventura, Jack aceptó el trueque y regresó a casa con las habichuelas. Al llegar, su madre, enfurecida por su aparente tontería, arrojó las habichuelas al suelo y envió a Jack a la cama sin cenar.

Mientras Jack dormía, un milagro tuvo lugar. Las habichuelas mágicas brotaron y crecieron hasta alcanzar el cielo, envolviendo la cabaña en una enredadera verde y resplandeciente. Al despertar y ver la maravilla ante sus ojos, Jack no pudo contener su emoción y decidió escalar las habichuelas.

Al llegar a la cima, se encontró en una tierra misteriosa y encantada. Allí, se encontró con un castillo resplandeciente, habitado por un gigante malvado. Jack, valiente pero temeroso, se escondió y observó cómo el gigante contaba sus tesoros y se burlaba de los aldeanos cercanos.

Decidido a hacer lo correcto, Jack se armó de valor y se coló en el castillo, donde se encontró con la esposa del gigante, una amable mujer que simpatizó con su causa. "Debes tener cuidado, pequeño. Mi esposo es cruel y no le gusta la compañía de los humanos", le advirtió.

Pero Jack no se dejó intimidar. Siguiendo el consejo de la esposa del gigante, se deslizó furtivamente por el castillo, esquivando peligros y obstáculos, hasta que finalmente llegó a la sala del tesoro. Allí, enfrentó al gigante y luchó valientemente por su vida y la de los aldeanos que habían sido robados.

"¡Detente, monstruo! Has causado suficiente daño. Es hora de que devuelvas lo que has tomado y enfrentes las consecuencias de tus acciones", exclamó Jack con determinación.

El gigante, sorprendido por la valentía del joven, intentó atraparlo con sus enormes manos, pero Jack era rápido y ágil. Con astucia y destreza, logró evadir al gigante y liberar a los aldeanos cautivos.

Al final, el gigante fue derrotado y expulsado del castillo, mientras que Jack regresó triunfante con el tesoro recuperado y las habichuelas mágicas en su poder. Con su valentía y determinación, había demostrado que incluso el más pequeño de los hombres podía lograr grandes hazañas.

De regreso a casa, Jack y su madre vivieron cómodamente con el tesoro encontrado, y las habichuelas mágicas se convirtieron en un recordatorio eterno de su increíble aventura.

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