El flautista de Hamelín - cuento en inglés

Cuentos en inglés 29 de feb. de 2024

El Flautista de Hamelín es una famosa leyenda que se originó en la ciudad de Hamelín, en Alemania, durante el siglo XIII. La historia cuenta cómo la ciudad fue invadida por una plaga de ratas y cómo un misterioso flautista logró librarla de ellas. Según la leyenda, un extraño vestido con ropas multicolores llegó a Hamelín ofreciendo sus servicios para deshacerse de las ratas a cambio de una suma de dinero.

El flautista de Hamelín en inglés (The Pied Piper of Hamelin)

Once upon a time, in the charming town of Hamelin, there was a big problem: rats! They scurried through the streets, nibbled on cheese, and made a mess everywhere. The people of Hamelin tried everything to get rid of them, but nothing worked. Until one day, a mysterious man arrived in town. He wore colorful clothes and had a magic flute!

The townsfolk gathered around the man, curious about what he could do. "I can help you get rid of the rats," he said with a twinkle in his eye, "but I'll need something in return." The people eagerly agreed, desperate to be rid of the pesky rodents.

The man began to play his flute, a haunting melody that echoed through the streets. Soon, rats of all shapes and sizes emerged from their hiding places, enchanted by the music. They followed the man as he led them out of town, deeper and deeper into the forest, until they disappeared from sight.

The people of Hamelin cheered with joy! But when it was time to pay the man for his services, they hesitated. "We can't afford to pay you," they said sheepishly, "we're sorry." The man's smile faded, and his eyes grew dark. "Very well," he said softly, "but remember this: a promise is a promise."

That very night, while the town slept soundly, the man returned to Hamelin. This time, he played a different tune, a melody so beautiful and enchanting that it drew the children out of their beds and into the streets. Laughing and dancing, they followed the man as he led them away from the town, never to be seen again.

And so, the streets of Hamelin were silent once more, but this time, it was not because of rats. The people of Hamelin learned a valuable lesson that day: always keep your promises, or you may pay the price.

El flautista de Hamelín en español

Había una vez, en un pequeño pueblo llamado Hamelín, donde vivían muchas familias felices. Sin embargo, un día, algo terrible sucedió: ¡una plaga de ratas invadió el pueblo! Las ratas correteaban por las calles, entraban en las casas y devoraban toda la comida que encontraban.

Los habitantes de Hamelín estaban desesperados y no sabían qué hacer. Hasta que un día, un hombre misterioso llegó al pueblo. Tenía ropas de colores brillantes y llevaba consigo una flauta mágica. "¡Yo puedo ayudarlos a deshacerse de las ratas!" anunció el extraño.

Los habitantes, esperanzados, le ofrecieron una gran suma de dinero si lograba liberar al pueblo de las ratas. El hombre asintió y comenzó a tocar una melodía mágica con su flauta. La música era tan hermosa que todas las ratas salieron de sus escondites y comenzaron a seguir al flautista, hipnotizadas por su melodía.

"¡Miren! ¡Las ratas están marchándose!" exclamaron los habitantes con alegría mientras veían cómo las ratas seguían al flautista hasta el río Weser, donde se ahogaron una tras otra.

Pero cuando el flautista regresó a Hamelín para recibir su recompensa, los habitantes se negaron a pagarle. "¡No vamos a darte ni un solo centavo! ¡Solo hiciste lo que cualquiera podría haber hecho!" le dijeron con desdén.

El flautista, enfurecido por la traición, decidió vengarse. Una noche, mientras los niños dormían tranquilamente en sus camas, el flautista regresó al pueblo y comenzó a tocar su flauta mágica una vez más. Esta vez, eran los niños quienes lo seguían, encantados por la melodía, y desaparecieron con él en la oscuridad de la noche.

Desde entonces, Hamelín se quedó sin sus preciosos niños, y los habitantes lamentaron su terrible error. Aprendieron que es importante ser agradecidos y cumplir con las promesas que hacemos, ¡porque nunca se sabe quién puede venir a reclamar lo que es suyo!

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