El ganso de oro - cuento en inglés
La fábula del ganso de oro es un relato tradicional que ha sido contado en diversas culturas a lo largo del tiempo con variaciones. Sin embargo, una de las versiones más conocidas es la fábula del autor griego Esopo, titulada "El ganso que ponía huevos de oro". Los hermanos Grimm también lo incluyeron en sus obras
La historia cuenta como un granjero poseía un ganso que ponía un huevo de oro al día. Este ganso le proveía riqueza al granjero, pero debido a su codicia, el granjero decidió matar al ganso para obtener todos los huevos de oro de una vez. Sin embargo, al abrir al ganso, descubrió que no había nada dentro, y perdió la oportunidad de obtener riqueza continua.
Esta fábula suele interpretarse como una lección sobre la codicia y la importancia de la moderación y la gratitud por lo que ya se tiene. En muchas versiones, se destaca que el deseo desmedido de obtener más puede llevar a la pérdida de lo que ya se posee, y que la búsqueda de riqueza instantánea puede conducir a resultados desastrosos.
El ganso de oro en inglés (The Golden Goose)
Once upon a time, in a beautiful village, there was a farmer named Johnny. Johnny had a very special goose. This goose, named Fluffy, was not like the other geese. No, no, no! Fluffy was magical. Do you know why? Because every morning, when the sun rose on the horizon, Fluffy laid a golden egg.
Johnny was very happy with his magical goose. Every day, he would run to the henhouse with a giant smile on his face and say, "Good morning, Fluffy! What surprise do you have for us today?" And Fluffy, with a cheerful honk, laid a golden egg that shimmered under the sun.
But one day, while Johnny was collecting the eggs, he began to think. "Oh, how wonderful these golden eggs are!" Johnny said to himself, "But what a pity there's only one a day! If I could have all the golden eggs at once, I would be the richest man in the village."
So Johnny started to fantasize about all the things he could buy with all those golden eggs. He imagined having a big house, a shiny car, and heaps of new toys. And so, with greed in his heart, Johnny decided he wanted all of Fluffy's eggs right now.
He rushed to the henhouse with a strange glint in his eyes and exclaimed, "Fluffy, dear friend! You know what? Today we're going to do something different. I'm going to open you up and take out all your golden eggs at once!" But Fluffy just looked at him with his goose eyes and honked softly, as if trying to warn Johnny.
However, Johnny didn't listen to Fluffy's warnings. He took out a knife and, with trembling hands, cut Fluffy in half. But to his amazement, when he opened the goose, there were no golden eggs inside! Johnny stared in disbelief, unable to believe what he saw.
Then, a soft and wise voice echoed in his mind: "Greed doesn't lead to happiness, Johnny. It's better to be thankful for what you have instead of always wanting more and more." Johnny, with tears in his eyes, realized his mistake. He regretted losing Fluffy and promised never to be swayed by greed again.
And so, friends, Johnny learned a very important lesson: that true wealth is not found in having many things, but in being happy and grateful for what you already have. And Fluffy, although gone, would always be remembered as the goose who taught Johnny the value of gratitude. Did you understand the story, friends?
El ganso de oro en español
Había una vez, en un bonito pueblo, un granjero llamado Juanito. Juanito tenía un ganso muy especial. Este ganso, llamado Plumitas, no era como los demás gansos. ¡No, no, no! Plumitas era mágico. ¿Sabes por qué? Porque cada mañana, cuando el sol salía por el horizonte, Plumitas ponía un huevo de oro.
Juanito estaba muy contento con su ganso mágico. Cada día, corría al gallinero con una sonrisa gigante en su rostro y decía: "¡Buenos días, Plumitas! ¿Qué sorpresa nos tienes hoy?". Y Plumitas, con un graznido alegre, ponía un huevo dorado que brillaba bajo el sol.
Pero un día, mientras Juanito estaba recogiendo los huevos, comenzó a pensar. "¡Oh, qué maravilla estos huevos de oro!", dijo Juanito para sí mismo, "¡Pero qué lástima que solo sea uno al día! Si pudiera tener todos los huevos de oro de una vez, sería el hombre más rico del pueblo".
Entonces, Juanito comenzó a fantasear con todas las cosas que podría comprar con todos esos huevos de oro. Imaginaba tener una casa grande, un carro brillante y montones de juguetes nuevos. Y así, con la codicia en su corazón, Juanito decidió que quería todos los huevos de Plumitas ahora mismo.
Corrió al gallinero con un brillo extraño en sus ojos y exclamó: "¡Plumitas, querido amigo! ¿Sabes qué? Hoy vamos a hacer algo diferente. ¡Te voy a abrir y sacar todos tus huevos de oro de una vez!". Pero Plumitas solo lo miró con sus ojos de ganso y graznó suavemente, como si intentara advertir a Juanito.
Sin embargo, Juanito no escuchó las advertencias de Plumitas. Sacó un cuchillo y, con manos temblorosas, cortó a Plumitas por la mitad. Pero, para su asombro, cuando abrió al ganso, ¡no había huevos de oro dentro! Juanito se quedó mirando con la boca abierta, sin poder creer lo que veía.
Entonces, una voz suave y sabia resonó en su mente: "La codicia no lleva a la felicidad, Juanito. Es mejor agradecer lo que tienes en lugar de querer siempre más y más". Juanito, con lágrimas en los ojos, se dio cuenta de su error. Lamentó haber perdido a Plumitas y prometió nunca más dejarse llevar por la codicia.
Y así, amigos, Juanito aprendió una lección muy importante: que la verdadera riqueza no se encuentra en tener muchas cosas, sino en ser feliz y agradecido por lo que ya se tiene. Y Plumitas, aunque ya no estaba, siempre sería recordado como el ganso que enseñó a Juanito el valor de la gratitud. ¿Entendieron la historia, amigos?